Fotografía de Isidro Roche (Octubre 2015)




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viernes, 31 de agosto de 2012

CARTA A UN AMIGO

Dicen que es de bien nacido ser agradecido, o que lo prometido es deuda,
incluso tambien se dice que quien madruga Dios lapolla, o quizás no era así,
bueno, ciertamente da igual, nada importa cuando aparece en tu vida una persona
con un brillo especial.

No lo tuviste facil en tu infancia, tomaste decisiones maduras en un cuerpo de niño,
quizás eso marcó tu fuerte personalidad, creciste pronto, y no hablo de altura
pequeño gran hombre.

Hay soldados que ganan batallas, pero tu de un salto ganaste la guerra. Te volvieron
a golpear, tu amigo se fué, nadie dijo que la vida fuera justa, pero como bien nos
recordaste aquella tarde en la cima del Garmo Negro; "Perdí a un amigo pero os he ganado
a todos vosotros"

Alguien dijo que los hombres no lloran, pero tu eres uno de esos pocos hombres valientes
que demuestran sus sentimientos sin necesidad de esconderse tras una máscara de hierro.

Derrochas entusiasmo, no se te pone nada por delante, terco como una mula, sensible,
alegre, divertido, es un privilegio pertenecer a ese pequeño grupo de personas a los que tú
cosideras verdaderos amigos.
Y sobretodo es un orgullo compartir contigo esos momentos inólvidables
en la montaña, cuando nos falta el oxígeno, cuando las pulsaciones llegan a mil,
cuando las piernas no quieres seguir, siempre aparece una sonrisa tuya y una palabra de aliento.

¡QUE GRANDE QUE ERES PEQUEÑO SALTAMONTES!

Solo te pido una última cosa, no cambies nunca, en este mundo de cobardes e hípócritas,
un hombre íntegro y puro como tú, nos ayuda a alcanzar los retos del dia a dia en nuestras vidas.

GRACIAS AMIGO ROBERTO.

sábado, 11 de agosto de 2012

NUEVA PÁGINA EN NUESTRO BLOG. Vídeos de las ascensiones


A partir de este momento, nuestro Blog cuenta con una página más.
Dedicada a los vídeos filmados en nuestras salidas a la montaña.

Como el resto de páginas, su acceso está en las solapas superiores de acceso a páginas.

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Isidro+

MONCAYO INTEGRAL 2012. Presentación fotografías



Os dejo una presentación con las fotografías que se hicieron en la ascensión de este verano, el 10 de Junio, al Moncayo.

Ascensión integral desde el campamento juvenil Fernando el Católico.

1300 metros de desnivel positivo y negativo, que nos sirvieron muy bien como entrenamiento para la posterior ascensión al Vignemale.

Además esta ascensión, como ya os conté en su crónica, sirvió para el estreno en nuestro grupo de montaña de Juan Ruiz.
Qué futuro tan prometedor en la montaña tiene este hombre!



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Enlace directo a Youtube

http://youtu.be/GlGJMAmm1tw
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Isidro+

Martín Campoy. Mega Avalanche. BTT


Os dejo un nuevo video de Martín Campoy.
Excelente edición y calidad de la filmación.

Las imágenes en sí, bestiales.
Para mi que todas esas cosas que hacen con las bicicletas, son mentira ....


Sandman in Alpe d'Huez. Mega Avalanche 2012 from Martín Campoy on Vimeo.


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Isidro+

martes, 7 de agosto de 2012

VIGNEMALE JULIO 2012. THE MOVIE


Gracias José Luis.
Nos dedicas gran parte de tu tiempo, gran parte de tu esfuerzo.
Nosotros y los nuestros, familia y amigos disfrutan con tus imágenes.
Espero que a ti y a todos os gusten estos montajes.

Para tí José.

ENLACE YouTube PRIMERA PARTE




ENLACE YouTube SEGUNDA PARTE




ENLACE YouTube TERCERA PARTE





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lunes, 6 de agosto de 2012

El C.A.S. (Club Atlético Sobrarbe) reconoce nuestro esfuerzo en el Vignemale


Nuestro club, el C.A.S., en su página Web, hace referencia a nuestra ascensión al Vignemale del pásado mes de Julio.




Para ver el artículo completo:
http://www.clubcas.com/noticias-cas/14-de-julio-2012 ascension-al-pico-comachibosa-vigne

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CRONICA DE LA ASCENSIÓN AL VIGNEMALE, Pique Longue de 3298 metros. JULIO 2012




<< Vale que al pan, le llamen pain.

Vale que al vino, le llamen vin.

Pero que al queso, le llamen fromage, eso no, eso si que no… >>




Día previo, 13 de Julio de 2012

Por fin son las 09:30 horas.

Muchos días esperando que llegara este momento, y aquí está, ha llegado.

Después de que Daniel me recoja, junto a Nacho en el Bar “Las Palmeras” del Barrio de Las Fuentes, nos dirigimos al Bar “El Barrio”, frente al Centro de Salud Fuentes Norte.  Allí hemos quedado con el resto del grupo, con Roberto, con Juan Carlos, con Álvaro y con José Luis, el pobre debe estar muerto de sueño, sale de currar de noche y espera aprovechar el viaje en coche para dormir un poco.

Llegamos al Bar El Barrio y vemos a Roberto y a José Luis, esperando, alegres con cara de satisfacción por lo que se nos viene encima, incluso José Luis, con los ojillos rojos de sueño.

Juan Carlos y Álvaro todavía no han llegado, así que nos metemos en un bar cercano y nos tomamos un cafecito, para ir controlando la adrenalina.





Al final, llegan Álvaro y Juan Carlos.

Terminamos los cafés y partimos hacia nuestro destino, el Valle de Ossoue, junto a Gavarnie, punto de pernocta y partida hacia nuestro reto estival, el Vignemale, concretamente su Pique Longue de 3298 metros.

Son ya las 09:45 horas y a partir de aquí, coche, coche y más coche.

Llegamos a Sallent de Gállego sobre las 12:00, compramos pan para la cena y el día del ataque y después tras pensarlo durante mucho tiempo, como dos minutos más o menos, decidimos almorzar (comer) para no tener que ir por Francia buscando un sitio.


Sabía decisión, encontramos, mejor dicho, nos recomiendan en la panadería el Bar Willy, donde nos metemos entre pecho y espalda un almuerzo suculento.




Lo cierto, es que lo que más apetece después de esto es una siesta, no meterte las tres horas de coche que en un principio tenemos hasta llegar a nuestro destino.

Tan cerca geográficamente y tan lejos en la realidad, así  que debemos dar una vuelta de muchos kilómetros para llegar hasta Gavarnie.  

Atrás dejamos Formigal.  Algo extraña su imagen sin nieve, pero es lo que tiene el verano.



Entramos en territorio Francés por El Portalet, y lo primero que se nos viene a la cabeza es “lo verde que es el Pirineo francés”.  Se aprecia la diferencia con nuestro Pirineo, evidentemente, el ser cara norte tiene que servir de algo.




Vamos recorriendo los valles franceses, poco a poco, disfrutando de las vistas.  Alguna parada obligada, para aclarar la ruta y estirar las piernas. Daniel al quite comparte con nosotros sus inquietudes: “aquí ya no venden queso, a partir de aquí venden fromage”.



Llegamos como no al Col D'aubisque, famoso por las gestas vividas allí en las rutas del Tur de Francia. Parada obligada y fotos.







Continuamos, bonitos pueblos franceses nos van recibiendo y despidiendo.  Como dicen nuestros compañeros de viaje, es impresionante ver lo “ordenados” que están.  Todo bien colocado, todo limpio, idílico, una pasada.





Al final, llegamos al Valle de Gavarnie, y el premio que recibimos al contemplar su circo es lo mejor que nos ha podido pasar en el día.

Hemos visto lugares preciosos en el Pirineo, pero sinceramente, este sitio, el circo de Gavarnie, merece un capítulo especial.


Aprovechamos, tal como teníamos previsto, para darnos una vuelta por Gavarnie, y como no acercarnos a su cascada, la caída de agua natural de mayor altura en Europa.



Cervecitas, para confraternizar un poco con los lugareños, cosa que realmente tenemos pocas ganas de hacer.  Nada más presentirnos, el dueño de este bar tan bonito nos ofrece “cañas”.  Al final el turismo es el turismo, y aquí nosotros somos los guiris…



Damos un “paseo” hasta la cascada, como muy bien nos ha informado Nacho, no es más que un paseico de 15 minutos (taco).  Parece mentira que no conozcamos ya a Nacho, os recuerdo que cuando en la EGB, en su clase explicaron la medida del tiempo,  estaba con gripe en casa…





Llegamos a la cascada, y el marco es incomparable, una pasada.  Podrías pegarte horas solamente mirando este paisaje.  Posiblemente cada vez que volvieras a mirarlo encontrarías algo diferente, que la vez anterior no habías visto.



Se nos va echando el tiempo encima, volvemos hacia el coche, son las 19:00 horas y Gavarnie comienza a tomar esa imagen de pueblo europeo, esto es, sus calles se vacían de humanos.  La gente por estos lares, cena tempranito, para después aprovechar, no se en qué, pero para aprovechar.

Cargamos nuestras reservas de agua para la cena y para la ascensión de mañana. Suponemos que mañana en el ascenso, podremos coger agua, pero por si acaso cargamos las garrafas de Dani y las botellas y cantimploras de los demás.

Al final marchamos hacia nuestro primer objetivo, el valle de Ossoue, hacia su embalse, en el centro del valle aproximadamente.  Allí acamparemos esta noche.


Llegamos ya sobre las 20:00 horas, el cielo se va cargando cada vez más de nubes, nada diferente a la previsión que traíamos, pero no deja de ser un poco desalentador. Mañana la previsión no es del todo mala, pero que coño, tampoco es del todo buena.

Montamos las tiendas, hacemos un pequeño reducto entre los dos coches y nuestras tiendas, donde refugiarnos, cenar y pasar la noche.



Tenemos la agradable visita de uno de nuestros compañeros franceses de campamento. Nos trae vino!, nos está invitando a vino, un vino dulce y gasificado, que ciertamente no está malo.

Nosotros les ofrecemos de nuestra bota, pero para no perder la costumbre, no aceptan la invitación ¿?.

Preparamos la cena.  Hornillos preparados, cocineros listos, cena ya.


La verdad es que la cena es todo un éxito.  Salchichas, tortilla de patata y como colofón unas albóndigas con arroz, que no se las salta un gitano. Todo ello regado con un crianza del somontano y una cristalina y fresquita agua del pirineo francés.

De postre, tarta de queso, y un trago, corto pero reconciliador, unos de Marie Brizart y otros de Cutty Shark, a palo seco, como los hombres.

La noche ya se va cerrando, las nubes están agarrándose a nuestro objetivo, el Pique Longue, allá arriba en el macizo del Vignemale.  De nuevo me entran las dudas, pero mañana tendremos la respuesta a esta incógnita.




Antes de dormir, todavía nos queda un importante trabajo, preparar las mochilas de ataque.

Mañana vamos a madrugar mucho, y es mejor adelantar los trabajos y dejarlo todo preparado.

Pasamos unos minutos cada uno concentrado en su material, pensando en lo necesario y lo no necesario, unos minutos de soledad y de íntima concentración.  Siempre buscando el mínimo peso, pero sin olvidar nada necesario.

Con todo preparado, queda tiempo para dar un paseo hacia el embalse, desde que hemos llegado no hemos tenido ocasión de visitarlo. Nos acercamos y la vista, aunque nocturna es muy bonita.  El reflejo de las laderas cercanas sobre el agua del embalse le da un toque mágico.



Volvemos ya hacia las tiendas, son sobre las 22:00 horas y mañana nuestros despertadores nos van a venir a llamar a las 05:30 horas. Parece un tiempo más que suficiente para descansar antes de la batalla ...


Nos metemos en el saco, el sueño tarda en llegar, a unos más que a otros, pues los sonidos de las tiendas se van entremezclando, en unas respiraciones de seres dormidos, en otras risas y cuchicheos, en otras los sonidos de la imaginación surcando nuestra cabeza, imaginando, de forma totalmente parcial el día de mañana.

Mis últimos pensamientos conscientes están en la cima, y también por desgracia en el chubasquero que he olvidado en Zaragoza, mierda! (al final, Daniel, en su furgoneta mágica encuentra uno para mi.)

Dormimos.  Unos descansan, otros roncan, otros sufren, otros … de todo en la viña del señor.



Día de la Ascensión, 14 de Julio de 2012



Nuestros compañeros franceses de campamento, se han levantado sobre las 03:00 horas de la mañana, a la postre ya no los vamos a ver.  Suponemos que  su objetivo es también el Vignemale.

¡SON LAS 05:30 HORAS, SON LAS 05:30 HORAS !

La melodiosa voz de Juan Carlos, nos informa amigablemente de que ya ha llegado la hora de ponernos de nuevo en movimiento.

Empieza el movimiento fuera de las tiendas, muchos murmullos que no acabo de entender, pero que me empiezan a poner en guardia sobre la meteorología que nos vamos a encontrar.

Nacho enciende la linterna dentro de nuestra tienda, yo hago lo mismo, para comenzar a vestirnos.  La primera señal de alarma es que la tienda tiene manchas de humedad por la parte de dentro.  Incluso me da la impresión de que el saco de dormir está un poco húmedo también.

Bueno, bueno, primer momento de valentía (por llamarlo de alguna forma), abrimos las cremalleras de la tienda, y … por que no decirlo, a mi se me cae el alma a los pies.

La imagen es … como definirla, una mierda!

Niebla cerrada, tremendamente cerrada.  La humedad que está arrojando la niebla ha hecho, y esta haciendo que todo esté empapado ahí fuera.  Tiendas, coches, hierba, todo, empapado.

Mi primer sentimiento es de frustración y de desolación.

Terminamos de vestirnos y salimos fuera, abrigados, protegidos frente a la humedad y el frio de la madrugada.

No se ve nada alrededor.  El Vignemale, con todo su macizo ha desaparecido.

Los primeros comentarios son dispares, unos opinan esperar un poco, por ver si levanta la niebla, otros, prefieren desayunar y salir ya hacia arriba, con la esperanza de que despeje la niebla por el camino y podamos ver el sol … y nuestro objetivo.

Al final, todos de acuerdo, puede que la opinión de Daniel, con su larga experiencia en montaña nos haya convencido a todos.  Lo cierto es que pasados unos minutos, solo un objetivo queda latente, desayunamos, y para arriba.

Calentamos la leche en los hornillos, este viaje hemos venido con tres.  La perspectiva de que todo el material lo podíamos traer en los coches ayuda mucho para traer materiales que nos faciliten las cosas.  Hemos vuelto a coger el de Nacho y el mio, más el que lleva Dani en la furgoneta mágica.

Desayunamos, ciertamente muy bien.  Leche con café soluble y las tortas del BonArea, que ¡qué buenas están, coño!.  Yo me meto un platanico también, mis problemas con los calambres, en anteriores ascensiones siempre están latentes en mi cabeza.  Esta vez estoy mejor físicamente, pero ahí andan mis dudas …

Tontín, tonteando se nos hacen las 06:30 horas, y por fin llega el momento de partir.

Zarpamos hacia nuestro puerto de destino.

La intensidad de la batalla cercana, confunde nuestros sentimientos.

Meteoro de momento sigue enfadado con nosotros.

Tú nos vigilas a través de la niebla, dudando si dejarnos llegar hasta ti.

Aún no lo sabes, nosotros tampoco, pero el destino ya está decidido, solo hace falta escribirlo.


Por fin ha llegado el momento, comenzamos la marcha, pausadamente, mezclados con la niebla, uno detrás de otro.

Vamos acompañando las orillas del embalse, que de momento no se deja ver.  La belleza que esconde, que ayer por la noche nos dejó entrever, está velada ahora para nosotros.

Llegamos al puente que atraviesa el rio que nutre el embalse.  Bonito puente, estos franceses hacen bien las cosas.

Pasado el puente, el sendero comienza a ganar altura, incrementando sus rampas.  Vamos subiendo, sin apenas visibilidad, solamente los compañeros de delante y los de detrás, apenas podemos ver  el paisaje que nos rodea, que por momentos nos deja imaginar su belleza.


Torrentes, cascadas y pozas en el camino del río que atraviesa la cabecera del valle de Ossoue, procedente del inmenso glaciar que nos espera más arriba.

Subimos, subimos, la frescura de la mañana, más bien su humedad hace que el camino se haga un poco más llevadero si cabe.

Como después comentaríamos, quizás la niebla, más que molestar no haya hecho un favor.

La senda sigue ganando altura, aunque a veces desciende durante unas decenas de metros.  Es una idea que siempre me martillea la cabeza, ¡para qué coño bajamos, si no sirve de ná, si estamos subiendo, pues leches, no bajes …!

Pero así son las cosas, no tenemos control sobre la meteorología, ni sobre los senderos, ni sobre el estado de la nieve, ni sobre nada.  A veces ni siquiera sobre nuestro cuerpo.

Atravesamos un nevero.  La nieve está en buenas condiciones pues es prontito por la mañana y todavía está dura para pasarlo. Lo que ya va dejando entrever es su final anunciado.  Se aprecia como por debajo un gran hueco se está haciendo fuerte, llevándolo a su final día a día.



Continuamos, y poco a poco parece que la niebla va siendo menos espesa.  Podemos ver unos pocos metros más alrededor de nosotros.  Esperemos que esto sea la tónica a partir de ahora y despeje del todo.



Son ya las 08:30 horas y comenzamos a ver el sol.

Es un momento feliz, esto tiene toda la pinta de mejorar, tenemos esperanzas fundadas de que arriba va a estar despejado.

Poco a poco el calorcito del sol va calentando nuestros huesos, estamos mojados de arriba abajo por la jodida niebla.



Hacemos una parada y aprovechamos para quitarnos ropa de abrigo y ponernos algo más cómodo y seco.

Algo de picar al cuerpo, nos hidratamos (echamos un trago), fotografías de las vistas que han aparecido por fin.




Las imágenes son espectaculares.  Se aprecia parte de la subida que hemos realizado, con todo el mar de nubes a mitad de altura, el cual hemos dejado hace bien poco.



Y cómo no,  las vistas sobre el circo de Gavarnie, con la Brecha de Roland como protagonista principal. Majestuoso.



 Pin, pan, pin, pan, seguimos para arriba. Pasamos por el cruce de sendas que se dirige hacia el refugio de Bayselance.

Este refugio es muy frecuentado.  Mucha gente divide el ascenso en dos jornadas, una hasta el refugio y otra hacia la cima. Es una muy buena opción para hacer una ascensión masiva de “tresmiles”, ya que permite ponerte sobre el glaciar de Ossoue muy pronto por la mañana y hacer varias cimas.




Continúa nuestra ascensión y pasamos por las grutas que hace muchos años mandó construir el Conde Henry Russell, como refugio y mirador de la zona, en sus ascensiones al macizo del Vignemale.

Actualmente estas grutas se usan como vivacs en las ascensiones.  No están en unas condiciones ideales, pero pueden servir de refugio en caso de necesidad, o como opción para pasar la noche en altura, fuera del refugio.

Alcanzamos el límite del Glaciar.

Los primeros neveros, con continuidad entre ellos, que nos van a conducir hacia el plató del glaciar de Ossoue.

Parada obligatoria, para colocarnos el material de nieve, crampones y piolets entran a partir de ahora en juego.




La nieve está en unas condiciones muy buenas.  Blanda lo justo, para poder avanzar por ella sin que se te hundan las piernas, ni tan dura como para tener que ir clavando los crampones a golpe de cuádriceps.

Empezamos la ascensión en su segunda parte, rampas de nieve, cerradas a veces en estrechos corredores y abiertas otras en amplias palas.

Un pie detrás de otro, un pie detrás de otro.



Yo no lo puedo evitar, en mi cabeza aparece el miedo a los calambres.  Estoy bien, pero instintivamente llevo ya un rato regulando el esfuerzo, necesito no alcanzar el límite y tener que pararme.

Nos vamos estirando, cada uno a su ritmo, cada uno regulando sus fuerzas y sus músculos, cada uno con sus sentimientos, todos con el mismo objetivo.




Entre las 10 y las 10:30 horas alcanzamos el plató principal del glaciar.  Algunos ya han llegado, otros acabamos de llegar.  Se hace necesario abrigarse.  El viento en esta zona es fuerte y hace que la sensación térmica descienda.




Meteoro se está portando, el día a esta altura ha cambiado por completo.  El cielo está azul y totalmente despejado.  Rachas de viento nos mantienen alerta ante cualquier cambio repentino, pero también, en apariencia, frenan la subida de las nubes desde el  fondo del valle.


Las imágenes son difíciles de transmitir, el fondo del valle blanco por las nubes.  Nubes en constante movimiento, avanzando y retirándose, amenazantes, pero dándonos confianza.  ¡No nos van a alcanzar!.  El plató principal del glaciar, inmenso.  Blanco e inmenso, rodeado por picos de más de tres mil metros.




Precioso . Hemos conocido con anterioridad otros glaciares del Pirineo, el de Monte Perdido, el del Aneto, pero éste tiene algo especial.

Quizás sea esa apariencia de patio de colegio, con todos los chiquillos rodeándolo, altivos y presentes.



Cruzar el glaciar no ofrece dificultad, simplemente tiempo.  Paso a paso, cantidad de cordadas van atravesando el blanco patio.  Muchos españoles entre los montañeros allí congregados.

Al final se alcanza la base de nuestro objetivo . El Pique Longue, de 3298 metros, el más majestuoso entre los reyes presentes, el más alto entre los gigantes, el más hermoso entre los más bellos.






Para conseguir nuestro objetivo nos queda un último esfuerzo a realizar.  Quedan unos 100 metros de desnivel, los cuales hay que superar trepando por roca.

Aquí, el camino ya no tiene un sendero fijado.  Cada grupo, cada persona elige la parte de la montaña que mejor le parece.


Nosotros como no, hacemos lo mismo.  Unos más a la derecha, otros por el centro y otros por la izquierda.

Debemos estar muy atentos, ya que algunas zonas tienen  mucha piedra suelta, que se desprende con suma facilidad, pudiendo provocar un accidente al impactar en su caída con alguno de nosotros.

Pero poco a poco vamos ganando altura, alcanzando la última cresta cimera que nos va a conducir hasta nuestro sueño, el pilón de la cima del Vignemale.









Aproximadamente a las 11:45 horas, todos estamos en la cima.


Gracias señora, nos has dado la oportunidad y te hemos tomado.
Nos has dado la oportunidad y te hemos conocido.

Nos has dado la oportunidad y te recordaremos por siempre.



Arriba las vistas son espectaculares.

Pirineo francés y Pirineo aragonés se unen en fronteras invisibles, que solo se delatan por las nubes.  Así es, el efecto es curiosísimo, más el poder verlo, ya que siempre hemos conocido este hecho, pero verlo es muy sorprendente.  El Pirineo francés con un mar de nubes que solamente nos permite ver las altas cumbres.  El Pirineo español, despejado.



Siguiendo el límite de las nubes, prácticamente podríamos dibujar la frontera franco-española, el norte del sur, del verde y húmedo del árido y soleado.

Increíble, el tiempo meteorológico en la cima es raramente buenísimo.  No hay viento, buena temperatura, soleado, apetece estar allí por siempre.




Pasamos un buen rato, haciendo las fotos de rigor, fotos de grupo, individuales, los chicos de Cerler Global Electronics (Nacho, Dani y servidor), panorámicas del paisaje, y de todo, todo, todo. ¡Qué bonito, Dios …!




Como dijo … no sé,  no me acuerdo ahora (está en la parte de abajo del Blog), la cima no es sino la mitad de una ascensión.  El final de una cima está abajo, en el campamento.

Con lo cual ahora toda descender.  Empieza una nueva parte, diferente, ni mejor ni peor, simplemente distinta, otros músculos, otra motivación, otras fuerzas.

Con mucho cuidado vamos descendiendo la pirámide final del Pique Longue, a veces de pie, a veces de cara, a veces de espaldas, algunas veces de culo.


Despacio, con calma, con seguridad.  Cuidando con las piedras sueltas, hay otros montañeros ascendiendo y no queremos provocar un accidente.

Llegamos a la base de la pirámide.

Volvemos a vestirnos de montañeros de las nieves …

Unos deciden colocarse de nuevo los crampones, otros sopesando el estado de la nieve en el plató principal del glaciar, decidimos bajar con la bota limpia.

Y  allá vamos, descendiendo por el inmenso glaciar, volviendo a degustar las imágenes que nos rodean, las grietas en las rocas, la niebla intentando sobrepasar alguna de ellas, retirándose segundos después como absorbida por un poder oculto.

La blancura de la nieve, la rugosidad del hielo, en zonas no transitadas por los humanos, los reyes de tres mil metros que nos rodean y nos despiden en silencio.


Mañana nos habrás olvidado.
Nosotros te sentiremos por siempre.

Quizás algún día volvamos sobre tu pecho blanco, entonces nos sonreirás familiarmente.


Llegamos al final del plató principal, comienzan las rampas, ahora descendentes, y bajar sin crampones se hace más difícil, hasta ahora no los habíamos echado en falta, pero llegado este momento la mayoría del grupo se los coloca.








Algunos cabezones (como yo), continúan sin ellos, a la larga nos va a costar más de un resbalón.  Nada peligroso, nada preocupante, a no ser por tener que llevar los pantalones mojados un rato, y a un precioso trenecito que Juan Carlos y yo hacemos, pena que no hubiera nadie cerca para inmortalizarlo …

El descenso de la zona de nieve se hace más largo que cuando lo subimos.  No sé si porque la emoción de la subida enmascara el esfuerzo y el tiempo o por qué, pero parece que nunca vaya a terminar la nieve.

Descendiendo volvemos a meternos en la niebla.  Todo ese mar de nubes que tan bonito se veía desde la cima, vuelve ahora a ser nuestra cubierta fantasmal.

Pero como no, en un momento u otro deberá terminar la rampa nevada, y lo hace.

Fin del trayecto helado, paramos de nuevo, para reponer un poco las fuerzas, los músculos están ya cansados y necesitan recuperación.  Nos hidratamos y comemos algo.  Nos quitamos todo el material de nieve, guardamos crampones y piolets y nos preparamos para el descenso por sendas, tierra y rocas.



Ahora el descenso se hace largo, tedioso, pesado e inacabable.

Mucho tiempo bajando, las rodillas se van cargando, los músculos propios del descenso comienzan a doler.

Llega un momento en que parece que las piernas y la cabeza pertenezcan a mundos distintos. La cabeza ordena, o eso cree.  Las piernas hacen lo que consideran conveniente en cada momento . Eso genera situaciones muy curiosas y graciosas, menos cuando te caes o se produce algún estiramiento inoportuno de algún músculo.

Al final, haciendo un símil informático, son dos tareas distintas, con un único interface de unión, para parar y para continuar.  Cada una ejecuta su funcionamiento de forma aislada, buscando el fin último, llegar al campamento.


Pasan las horas, y poco a poco nos vamos acercando al final, vamos perdiendo altura (menos en esas jodidas bajaditas de la ascensión, que ahora nos obligan a subir de nuevo), nos cruzamos con muchos montañeros que están subiendo ahora. Supongo que su destino es el refugio del Bayselance, porque  para la cima es ya un poco tarde.




Entre la niebla comienza a vislumbrarse un ítem muy importante de cara a la finalización de la ascensión.  Comienza a verse el puente, el puente que atraviesa el rio de la cabecera del embalse.







Allí volvemos a reagruparnos, José como no, aprovecha para tomarnos unos planos con su cámara, quedarán preciosos en los vídeos.




Ya no queda nada, Dios mio, estamos ya llegando, uno o dos kilómetros en llano nos separan de nuestro objetivo final, nuestros coches.

Le comento a Álvaro que en esos momentos estoy saturado de montaña, como no.  Pero estamos de acuerdo, dentro de unos días en nuestra cabeza volverá a aparecer un nuevo objetivo.



Avanzamos cansados, pero felices y muy satisfechos.  Hemos conseguido el objetivo que buscábamos, la cima, y por supuesto, hemos vuelto todos en perfectas condiciones.



Llegamos a los coches.

Una explosión de felicidad, ya está hecho, a partir de ahora ya todo va a ser disfrutar.  El esfuerzo ha valido la pena y ya solo queda dejarnos llevar, disfrutarlo, sentirlo y soñar.

Botas fuera, ropa sudada fuera, nos cambiamos un poco para afrontar el viaje que ahora nos espera hasta Ainsa.


Merendamos un poco de picoteo sobre la hierba.  Algunos estamos tan cansados, que no tenemos siquiera hambre, pero hay que hacer un esfuerzo aquí también y alimentarse.

Recogemos “el garito”, cargamos los coches y partimos.

En un principio la idea es parar a tomar unas cervecicas de camino, para celebrar la cima (e ir al baño …).

Cuando llegamos Gavarnie, quedamos en parar en Luz Saint Sauvert, pero cuando llegamos, está todo petado de gente, es sábado y el pueblo está con mucho movimiento.  Esto se traduce en que no encontramos sitio para aparcar ¿?. Continuamos, destino al túnel de Bielsa, puesto fronterizo que nos devolverá a España.

Atravesamos un nuevo pueblo y en este si se puede aparcar, con lo cual paramos.  Entramos en un garitillo a tomar unas cervezas.  Lo más parecido a las jarras que tiene son los vasos de pinta, con lo que pedimos siete.

Charlamos, ya relajados, recordando los hechos acaecidos durante el día. ¡Qué bonito es recordar cuando se ha conseguido lo que se perseguía!.



Nos acabamos las cervezas y rumbo a España, todavía tenemos un largo trayecto hasta llegar a la frontera, y después llegar hasta nuestro lugar de destino, Ainsa.

El viaje sin mucho más que contar, bajo las nubes casi todo el tiempo, aquel magnífico mar de nubes que se divisaba desde la cima del Vignemale.  Al final sobre las 22:00 horas llegamos a la boca norte del túnel de Bielsa – Aragounet.  Los diez minuticos de rigor, esperando que nos toque pasar, esperando el verde del semáforo.

Son las diez de la noche, cielo despejado, estrellado, y aquí vuelven a vender queso.

Estamos en España, estamos en casa.

Todavía nos faltan unos kilómetros, y ya es tarde, con lo cual decidimos ir directamente a cenar, sin pasar por “baño y masaje”.

Vamos al restaurante”El Turmo”, en La Buerda.  Es ya como un santuario gastronómico para nosotros.  Se come, se cena, se almuerza de vicio.  Uno de los camareros, con el cual coincidimos cada vez que venimos, sonríe al vernos.  Espero, que  porque nos recuerda, no por las pintas que llevamos, que hoy realmente no son muy extremas.

La cena como siempre, maravillosa.  Ensaladas de bacalao, guiso de habitas, salmón al champán, carrilleras de ternera, entrecots, …

Para recordar, y lo hacemos.

Nacho y Dani marchan hacia Laspuña, ellos pasarán allí la noche, el resto continuamos hacia Ainsa, campamento base posterior, ya desde hace unas cuantas salidas.

Cansancio, sueño, buenas noches …



El día después, 15 de Julio de 2012

Despertamos poco a poco de la resaca montañera, y gastronómica del día anterior.

Son las 9:00 horas y ya vamos moviendo por casa.

Duchas, preparativos, hoy de nuevo vamos a visitar a nuestros amigos de “El Turmo”, para meternos entre pecho y espalda un almuerzo – comida.

Hemos quedado allí sobre las 11:30 horas con Dani y Nacho, y también, como no con “nuestra Pilar”.

Nos propuso ir a pasar el días al Salinar de Naval, almorzar allí y darnos unos baños en sus pozas de agua salada.  Pero el tiempo se nos echa encima y algunos tienen expectativas de llegar a una hora prudencial a Zaragoza.

Llegamos pronto,  y nos damos un paseo por La Buerda, visitando su plaza y alguna de sus calles.  Es un pueblo muy bonito, quizás desconocido para muchos.  Es mucho más que las casas adyacentes a la carretera nacional.



Sobre las 11:45 horas, llegan Nacho y Dani.  Pilar tienen que estar a punto de llegar por lo que nos dirigimos a El Turmo para que nos vayan poniendo la mesa.

El almuerzo, sin comentarios . Muchas comidas no tienen su nivel.

Huevos, patatas, longanizas, lomo, bacon, ensaladas, vino, gaseosa, y felicidad.


Después de esto, poco más que contar, kilómetros hasta Zaragoza unos y hacia Monzón nuestra Pilar.

La salida ha sido un éxito en todos los sentidos.  La recordaremos durante mucho tiempo. Mucho.
Gracias a todos y cada uno de los integrantes de esta ascensión.

<< Han pasado ya unos cuantos días desde esta ascensión, y yo he vuelto a ver montañas en mis sueños.  Pronto estaremos preparando nuestro nuevo objetivo de otoño … >>



Sl2
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